miércoles, 1 de abril de 2015

"Y Él lo tomó y comió delante de ellos"

"Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y Él lo tomó, y comió delante de ellos." Lucas 24:41-43
Hace muchísimo tiempo, conversé con alguien que me dijo que su mirada de Dios era muy diferente que la de las demás personas. Él me dijo que, para él, Dios era un líder militar que le ordenaba hacer cosas y, él, simplemente las hacía de la mejor manera. Cuando él fallaba, el dolor y la desesperación que sentía eran terribles, pues sabía que un líder militar vendría a cobrarle todo lo que hizo mal. Nunca más me olvidé de sus palabras, no porque las compartiera, que de hecho no comparto, sino porque ésa era su fe.
Mire aquí en este versículo, la delicadeza que Dios tiene con los hombres que estaban en aquel lugar. Luego de su muerte, la gente que lo seguía había quedado muy triste. Cuando resucitó, solo una mujer corrió a dar voces de que lo había visto, pero los demás, hasta ese momento, no lo habían hecho. Estos hombres caminaban rumbo a una aldea cuando se encontraron con Jesús, solo que "...los ojos de ellos estaban velados para que no le conociesen." Lucas 24:16 Jesús conversaba con ellos y era partícipe de todo lo que ellos decían, hasta que, sentados a la mesa, Él bendijo el pan y lo partió para comerlo con todos. En ese instante "...les fueron abiertos los ojos y lo reconocieron..." Lucas 24:31 pero Jesús desapareció de aquel lugar. Los hombres regresaron a Jerusalén para contarles a los discípulos lo que había sucedido, cuando Jesús se pareció ante todos y, absolutamente todos, tuvieron terror de Él. Jesús les explicó que era en verdad Él, resucitado, vivo, carne, huesos, espíritu. Pero todos temían y se maravillaban, más no creían. Es en ese momento, cuando Jesús dice la palabra de Lucas 24:41-43. Observe cuánta ternura, cuánta paciencia, cuánta comprensión: Jesús, el Hijo de Dios, Soberano, Magnífico, comiendo como si lo precisa realmente, enseñándoles a todos que estaba bien, que era Él, que no había cambiado, que estaba con ellos. Eso es ser humilde, y tener amor por sus hijos.
Quizás muchas veces, usted también piensa como aquella persona que me dijo que Dios es un líder militar, quizás usted piensa que Él es cruel y terrorífico: Dios no es así. Dios ama a Sus criaturas, y quiere darles lo mejor. Acérquese a Él, y véalo con sus propios ojos. Se sorprenderá al hallar un ser tan Maravilloso, Real, Amigo, Verdadero, que no es hombre para mentir u ocultarle cosas, o para aprovecharse de usted, nada de eso. Dios se entristece cuando usted sufre, y lo escucha en todo momento, incluso cuando nadie quiere escucharlo a usted, Él está ahí, y, si usted se lo permite, puede ser el mejor Marido, la mejor Esposa, el mejor Amigo/a, el mejor Hermano/a, el mejor Patrón. Dios quiere hacer esto en su vida. Él le demuestra que se contenta cuando usted se contenta, y quiero verlo feliz. No se deje engañar por pensamientos inmundos. Confíe en Dios, y su vida cambiará para siempre. 


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